Publicado el 16 02 2022
Investigación
Determinan los niveles de contaminación por metales tóxicos en la Bahía de Acapulco
Por
Marbella Soledad Bahena-Román, Oscar Talavera-Mendoza, Sergio García-Ibáñez, Alicia Sarmiento-Villagrana, José Luis Aguirre-Noyola, Sergio Adrián Salgado-Souto, Catalina Gómez- Espinosa y Víctor Rosas-Guerrero
Acapulco es el referente turístico de Guerrero y uno de los principales destinos de playa de México y de América. Este importante centro turístico representa el principal motor económico del estado y, lo que ahí acontece, tiene repercusiones económicas, políticas y sociales. El deterioro ambiental de la Bahía de Santa Lucia ha sido una preocupación constante en las últimas décadas y mucho se ha especulado sobre la calidad de sus aguas y playas o si cumple con los estándares sanitarios para fines recreativos que establece la legislación mexicana.
Varias notas periodísticas y, algunas científicas, han señalado que las aguas de la bahía contienen microorganismos que pueden representar un riesgo a la salud para los bañistas y pobladores pero dicha información no ha sido confirmada ni desmentida por las dependencias oficiales del sector salud o del medio ambiente del estado o del país. También se ha señalado que sus aguas contienen contaminantes como metales tóxicos, hidrocarburos o plaguicidas pero tampoco existen estudios científicos que confirmen los niveles de estos contaminantes ni del potencial riesgo que tienen para los ecosistemas marinos o para el mismo ser humano.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Guerrero a través de la Maestría de Recursos Naturales y Ecología realizaron un estudio de los sedimentos del lecho marino de la Bahía de Acapulco para conocer el grado de contaminación por elementos tóxicos, determinar cuál es su origen y su potencial impacto en los ecosistemas marinos de la zona.
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El estudio interdisciplinario que integró conocimientos y metodologías novedosas así como infraestructura analítica de vanguardia como la difracción de rayos X, microscopía electrónica de barrido y microanálisis por EDS-WDS y la espectroscopía de emisión atómica acoplada inductivamente, fue publicado en la prestigiosa revista Marine Pollution Bulletin poniendo de manifiesto que en la UAGro, se realizan investigaciones de alto nivel que generan conocimiento de frontera y que atienden las demandas de los sectores sociales.
El Dr. Víctor Rosas Guerrero de la Escuela Superior en Desarrollo Sustentable y la Dra. Catalina Gómez Espinosa de la Escuela Superior de Ciencias de la Tierra, coautores del estudio y expertos en ecología señalan que “el estudio de cualquier tipo de contaminante y sus efectos debe ser una prioridad de las autoridades y de los científicos del país, a fin de garantizar la conservación de la biodiversidad terrestre, costera y marina que posicionan a México como uno de los países megadiversos del planeta”
“los sedimentos de la Bahía de Acapulco se originaron por desintegración natural de las rocas circundantes y estos deberían tener, en principio, su misma composición. Sin embargo, en algunas zonas de la bahía, las concentraciones de muchos elementos tóxicos como el bario, cobalto, cromo, cobre, manganeso, níquel, plomo, vanadio y zinc son más elevados, lo que implica que su composición original fue modificada después de su depósito, muy seguramente, por procesos relacionados con actividades humanas” - establece la Dra. Alicia Sarmiento Villagrana, investigadora de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Ambientales. |
La identificación de las fuentes de emisión de cualquier contaminante en el ambiente es fundamental en el estudio de la evaluación del impacto en los recursos naturales y ecosistemas, y en la afectación en el ser humano. Sin embargo, la identificación de las fuentes no es una tarea fácil y se requieren metodologías de vanguardia para este fin. La cuantificación de las concentraciones de estos metales es importante para evaluar el grado de contaminación de la bahía pero la identificación de sus fuentes de emisión es una tarea importante para establecer medidas de prevención y remediación.
“El uso de técnicas isotópicas de Sr y Pb permitió determinar cuál era la fuente de las partículas de sedimentos que llegan a la bahía y también las fuentes más probables de los elementos tóxicos” - menciona el Dr. Sergio Adrián Salgado Souto, especialista en isótopos ambientales de la Escuela Superior de Ciencias de la Tierra, y coautor del estudio quien precisó además, que “tanto las rocas de la bahía como las pinturas de los cascos de las embarcaciones son la fuente más probable de los metales encontrados” |
Los datos obtenidos fueron tratados con técnicas estadísticas univariadas y multivariadas que permitieron esclarecer las relaciones genéticas de los metales estudiados y corroborar sus fuentes, tarea que estuvo a cargo del MC. José Luis Aguirre Noyola del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM.
“A pesar de que se encontraron evidencias de contaminación por metales tóxicos en la bahía, esta contaminación es en realidad muy baja y el riesgo que representa para los ecosistemas locales y para los bañistas es realmente bajo” concluyo el Dr. Sergio García Ibáñez de la Facultad de Ecología Marina y codirector del estudio. Sin embargo, este investigador también precisó que “la baja contaminación por metales tóxicos encontrada en la Bahía de Acapulco no implica que dicha bahía no esté contaminada por otros compuestos químicos como los hidrocarburos y plaguicidas o por microorganismos patógenos y que se requieren otros estudios detallados como este para evaluar el grado de contaminación por estos compuestos y organismos” |
La investigación formó parte de un proyecto interdisciplinario financiado por la Secretaría de Educación Pública a través del programa de fortalecimiento de cuerpos académicos que incluye, además, el monitoreo de bivalvos de importancia comercial para medir su afectación y el riesgo a la salud que implica su ingesta, los efluentes que desembocan en la bahía para evaluar el aporte de contaminantes y el registro histórico de la afectación por elementos tóxicos cuyo responsable técnico es el Dr. Oscar Talavera Mendoza de la Escuela Superior de Ciencias de la Tierra y quien es, además, el director de este estudio.
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